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El repertorio de refranes es tan grande, que siempre hay alguno que encaje en variadas circunstancias que se estén atravesando, o que aplique a alguien que esté actuando de una forma determinada, o quizá nos recuerde una anécdota, hay los que son oportuno para dar ciertos consejos, dar advertencias, llamar la atención, hasta sirven para explicar de manera muy sencilla lo que deseamos expresar.

Sirve para todo lo que se nos ocurra, además suelen caer muy bien, porque son cortos, por ende fáciles de recordar, tienen su toque de picardía y humor, gracias a lo cual, son admitidos con buena actitud, aunque tal vez se trate de alguna reprimenda. Es entendible por personas de cualquier edad, sin embargo, algunos contienen ciertas palabras que vienen de épocas pasadas y por ello, dejan pensativo a más de uno, especialmente a los jóvenes y niños.

No obstante, ahora con la tecnología, no hay duda que no se pueda disipar, desde un ordenador o desde cualquier equipo móvil, se consulta por Internet y en cuestión de segundos, queda revelada la explicación del más intrincado refrán. Incluso existen web exclusivas para este tema, en las cuales organizan adecuadamente un buen conglomerado de refranes y ofrecen aclaratorias de cada uno.

A continuación nos podemos deleitar con la exposición de algunos de ellos:

“Fui nuera y nunca tuve buena suegra; fui suegra y nunca tuve buena nuera”, este aplica a aquellas personas que siempre ven lo negativo del otro lado, culpan a los demás de todo, nunca son responsables de algo, ni sienten empatía por las demás personas, ni siquiera si han pasado por las mismas circunstancias. Con sus excusas pretender quedar, en todo momento, bien paradas.

“Jarrito nuevo donde te pondré”, se le dice a quienes se entusiasman con facilidad con las cosas nuevas, o con las personas que conocen, y de inmediato exhiben su reciente posesión, amorío, amistad o lo que sea que se trate. Generalmente, sus temas de conversación giran alrededor de ello y no se dan cuenta de lo intensos que pueden llegar a ser.

“Yo mando a mi gato y mi gato manda a su rabo”, nada más común que las personas traten de evadir una orden, asignándosela a otro. Si encuentran a quien hacer cumplir algo que se les ha impuesto, no lo piensan dos veces y se desentienden del compromiso. Comúnmente, se observa en las familias, en donde una instrucción pasa de un miembro a otro, hasta que llega a alguno que no puede librarse de la misma.